El cuidado regular de los discos de freno es crucial. Verifica el grosor del disco utilizando un calibrador para asegurarte de que esté dentro de los límites establecidos por el fabricante. Elimina cualquier polvo de freno, suciedad o residuos de los discos, ya que pueden causar desgaste irregular. Durante una inspección del vehículo, busca grietas y deformaciones, así como puntos calientes. Evita hábitos de conducción que causen un calentamiento excesivo de los discos. Asegúrate de cambiar las pastillas de freno de manera oportuna cuando estén desgastadas, ya que pueden dañar los frenos si se descuidan.